El barril de amontillado

Un Blog de Juan Granados. Algunos artículos y comentarios por una sociedad abierta.

Mi foto
Nombre:
Lugar: Spain

jueves, mayo 11, 2006

Fragmentos de Berlín Smith

Bien pudieran ser otros, o al menos más completos, pero el Acrobat que poseo no es muy ducho seleccionando texto, tengo un conserje de mano que consigue cualquier cosa, por ejemplo la versión buena del Adobe, también, si se tercia, una flauta nasal Abisinia, pero en fin, tendría que tenerlo en mi poder, hoy no es el caso. No obstante, una vez obtenida la venia de nuestro discreto amigo, ahí les dejo unos retazos de buena literatura. No me negarán que tiene un aire urbano y prometedor, como de Brooklyn, así debió empezar Paul Auster.


De: Entré en el retrete del aeropuerto

“Me han extraído las células madre de algún sitio. Han cultivado varios pedazos de tejido neuronal y me los han reimplantado en el cerebro. Al despertar, me han preguntado por mi nombre. Yo no lo sabía. Han comprobado que ya no me orino espontáneamente e incluso veo mejor. Dicen que iré recordando cosas poco a poco y que, lo normal, es que se pierdan parcialmente los recuerdos. En algunos casos, se olvida cómo leer y escribir, también se pierde parte del habla. Pero estás vivo, dicen. Mi sobrina se lleva a sus hijos del costado de mi cama porque no quiere que vea los dibujos que hago. Me han dicho que dibujar ayuda a recuperar la memoria en el cerebro nuevo. Yo sólo pinto mierdas y pollas azules, en cuadernos enormes de papel blanquísimo. Termino una mierda y hago otra, termino una polla – azul – y dibujo otra. Debo haber perdido oído, porque me gritan y me dicen que los nietos de mis hermanas no se llaman Inés, que la enfermera tampoco se llama Inés, que yo no me llamo Inés, que mis hermanas no se llaman Inés.”

De: Existen dos maneras de enamorarse

“es que en todos los casos, los descubrimientos y las nostalgias no son más que engaños y pequeños juegos de la mente que nos hacen creer que eso es la realidad, cuando la realidad no es más que la novedad y el olvido de la rutina, el olvido de los momentos que son el día a día verdadero de lo que creemos que es nuestro amor, que no es más que nuestra dependencia de realidades creadas por nuestra memoria mentirosa y nuestra falta de recuerdos que den sosiego a las percepciones nuevas.”

De: Se me durmió el corazón en una tarde de lluvia

“¿Qué pasó con mis palabras? Yo sé que mis palabras han sido siempre de buena voluntad, a propósito han incluido suaves retos, suaves explicaciones. Se me quedó dormido porque se volvió a convertir en un juego repelente y solamente yo tengo la culpa de haberlo creado y de haberlo metido en él y de que se me haya ido de las manos. Llovía. Me llovía e hiciste que se quedara dormido, saturado porque ya no quedaba espacio para la ilusión y tú le quitaste el último cuartito de fascinación. Palabras; me las quiero comer todas. Me siento tan defraudado. Tan solo ahora mismo. Y yo no sé qué pasa que todas las veces que decido poner fin a tanto dolor de cabeza siempre encuentro alguna razón para mirarte con buenos ojos. Se me durmió y casi sentí que eras capaz de avivarlo. Siempre se me ocurre por la noche, a solas con mis reflexiones en fósforo verde.”

1 Comments:

Blogger . said...

Vaya, van a decir que te utilizo para el autobombo. Pero bueno, están bien los que has elegido. A mí también me gustan. No esperaba que lo de las mierdas y las odas a príapo en azul le interesaran a nadie más que a mí.

7:41 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home