A Propósito de (Berlín) Smith
“Si alguien merece el homenaje de la humanidad, deben ser aquéllos que descollaron en el mundo del intelecto y la cultura antes que en el de la conquista y el poder". Isaías Berlin (Personal Impresion)
Cualquiera que acostumbre a pasearse por espacios sensatos de la blogosfera lo conocerá, publica asiduamente Noches confusas en el Siglo XXI, un blog que, desde que he dado con él, consulto diariamente como quien consulta el parte metereológico, por ver si el día amenaza lluvia o bien puede uno salir a la calle razonablemente despertrechado de objetos engorrosos. Berlín Smith, así se hace llamar nuestro hombre, desparrama sabiduría de la antigua en cada artículo, no es un conocimiento de manual, que también, sino esa especie de conciencia sosegada y ecuánime tan difícil de encontrar, la que sólo irradian de forma natural aquellos a los que el santo demiurgo o el gen egoísta les ha concedido, vaya usted a saber porqué, el beneficio de las luces. Y a fe mía que las usa con generosidad y a plena satisfacción. A cada poco, muy poco por cierto, este trabajador muchacho nos regala unos cuantos retazos de realidad para que el común nos devanemos un rato los sesos maquinando el si es no es de la economía política, una delicatesse absolutamente recomendable, difícil de encontrar en estos tiempos extraños de ideologías ligeras y más bien medievales e irredentistas.
Me anda en la cabeza el porqué del pseudónimo, la verdad es que nunca me he atrevido a preguntárselo, aunque puesto a elucubrar, el Berlín bien podría venirle en recuerdo a Isaías Berlín, el viejo profesor británico de origen letón, campeón del pensamiento libre, homenajeado por Vargas Llosa en “El hombre que sabía demasiado”. Existe la posibilidad, también, de que a un tipo tan viajado como él, Berlín (ciudad) le resulte un lugar digno de verse incorporado a la familia, pero lo creo menos. En cuanto al Smith, bueno, su vinculación con el apóstol de la mano invisible me parece más que probable, claro que me puedo equivocar, con los pseudónimos nunca se sabe.
Pero en el fondo no era de eso de lo que quería hablarles, sino de cuestiones algo más personales. El caso es que de un tiempo a esta parte, Berlín y el que suscribe, nos enviamos de cuando en vez correos con literatura incorporada. Yo ya sabía que Berlín, como no podía ser menos, era un gourmet de la escritura, su blog de marca blanca (En la noche, letras que dejan rastro) está enteramente dedicado a la república de las letras, pero lo que no sabía y la mayoría de ustedes tampoco, es que el amigo Berlín también escribe a ratos y lo hace muy bien, cuentos cortos muy personales, muy vividos, a través de los cuales derrama su bonhomía incapaz de alterar el gesto ante el agravio, su cálido afecto por el sexo contrario, que, como a mí, la verdad, parece tratarle muy bien y cierta coña surrealista verdaderamente estimulante. Si el me lo permitiese, que no lo sé, les transcribiría aquí mismo un cuento sobre una puta, un ñapas de burdel y cierta esponjilla vaginal que les haría reír un buen rato, para luego ocuparles al menos el mismo tiempo en reflexionar sobre la miseria global de los mortales. También aquel otro en el que relata sus pseudoencuentros con Mario Vargas Llosa o la historia indescriptible de un sujeto al que trasplantan células madre y en el postoperatorio, para horror de su familia, se dedica a dibujar compulsivamente mierdas y zipotes azules contemplados otrora en un retrete de aeropuerto.
Ah! Sobre las mujeres, él sabe como yo que todas resultan amables y enternecedoras, pero una sola nos parte el corazón y, maldita sea, suele terminar por marcharse con un tipo gris con corbatín dedicado al sector comercial, a los seguros, a la banca, “como Jose dice”, la madre que parió a Jose que no José. Ya, ya sabemos que la culpa es toda nuestra, pero aún así...Vamos y en suma, que o mucho me equivoco o pronto nos será dado conocer de sopetón y a la vez su potente literatura, su nombre y tal vez su rostro. Que así sea y nosotros que lo podamos disfrutar, amén.
2 Comments:
Te has pasado, ahora no sé qué hacer. Supongo que te contestaría por mail, pero los que vengan por aquí tendrán que saber mi parecer.
Sí, me cae muy bien Isaías Berlin, precisamente porque mira la humanidad sabiendo que tiene el fuste torcido y poco se puede hacer, porque siendo consciente de lo duro que es ser judío, desconfió del sionismo como solución, porque miraba el mundo con verborrea interminable y nunca era capaz de hacer una verdadera obra. En esto se parece a mí. En lo errático, no en el valor intelectual.
Que te gusten mis cuentos me deja bien. Que leas mi blog también. Precisamente hoy tenía una bajada de ánimo porque siento que hablo demasiado y hablando demasiado se pierde el norte.
Si les digo a tus lectores que no te hagan caso, entonces diré que no mereces ser leído y eso no es verdad. Pero si les digo que tienes razón soy un pedante insufrible. Me queda un consuelo: tengo un lector, al menos uno, es como saber que hay vida ahí fuera, algo por lo que se puede dedicar eso mismo, la vida.
Cuenta uno más, Berlin. Un cordial saludo
Pilar
Publicar un comentario
<< Home