El barril de amontillado

Un Blog de Juan Granados. Algunos artículos y comentarios por una sociedad abierta.

Mi foto
Nombre:
Lugar: Spain

sábado, mayo 27, 2006

Vasto cementerio donde moran los espectros













“Si Inglaterra tuviese en sus costas un puerto como el de Ferrol, su gobierno lo cubriría con una robusta muralla de plata" (William. Pitt)


Me encanta ir a Ferrol, siempre me ha dado buena suerte, tal vez porque vivo lo suficientemente lejos para no suscitar allí los resquemores habituales en la patria chica de cada quien.
El caso es que una vez más voy bien contento a escuchar las conferencias de dos buenos amigos, uno antiguo y otro reciente. El primero es Juan Antonio Rodríguez-Villasante, hasta hace nada Intendente de Ferrol, hoy al frente de la comisión encargada de gestionar el riquísimo patrimonio histórico de la ciudad. Juan Antonio será siempre para mí “el Intendente”, el digno heredero de aquellos honestos ilustrados que levantaron una villa de la nada, un investigador industrioso y sagaz del que he aprendido mucho y del que sigo aprendiendo. El segundo es el Teniente General Luís Alejandre Sintes. Resulta que el general Alejandre y el que suscribe compartimos editorial e inquietudes históricas, en nada publicará en Edhasa un libro que sorprenderá a muchos por su curiosidad y la fina erudición que supone: La guerra de la Cochinchina. Cuando los españoles conquistaron Vietnam. En el cara a cara, Alejandre resulta ser una persona afable y encantadora, se ha leído de un tirón mi Sartine y lo hemos pasado muy bien comentándolo. El caso es que mis dos amigos bordaron sus conferencias sobre las fortificaciones de la ilustración, aprendí mucho como siempre y también, como suele ocurrirme, entre fotos de tenazas, hornabeques, fosos y otras sutilezas de la ingeniería ilustrada, no pude evitar recordar como había comenzado todo aquello.
Corría el año de gracia de 1747, en el real sitio de Aranjuez un ministro permanentemente preocupado atosigaba al rey Fernando VI con cientos de avisos políticos y representaciones por ver de enderezar las cosas del reino. Era don Zenón de Somodevilla, el marqués de la Ensenada, un pantófilo listo y bienintencionado que resumía en sí mismo todas las buenas virtudes de la primera Ilustración. Esta vez don Zenón había reparado en el preocupante abandono en el que vivía la marina del rey, ya por entonces prácticamente inexistente: "es menester confesar que la marina que ha habido hasta aquí, ha sido de apariencia, pues no ha tenido arsenales, que es el fundamento" , sin embargo, decía: "No hay potencia en el mundo que necesite más las fuerzas marítimas que la de España, pues es península, y tiene que guardar los vastísimos dominios de América que le pertenecen; y mientras la España no tiene una marina competente, no será considerada de Francia e Inglaterra, sus émulas más inmediatas”. Como nadie parecía hacerle caso, un año después seguía insistiendo con su conocida y bastante inoportuna machaconería: “Sin marina no puede ser respetada la Monarquía española, conservar el dominio de sus vastos estados, ni florecer esta península, centro y corazón de todo". Al fin, el melancólico rey terminó por ceder y permitió la construcción de nuevos arsenales en Cartagena, Cádiz y Ferrol.
Ferrol era por entonces un pueblo más de pescadores de bajura, felices habitantes de una ría de condiciones inmejorables para albergar una base naval por su profundidad, fácil defensa y seguros aferraderos. Poseía además la ventaja de verse libre del Teredo Navalis, la destructiva broma responsable principal del deterioro de los cascos de madera. Subsistía en la ría un pequeño arsenal en A Graña, por entonces ya prácticamente inactivo y poco más. Fue a partir de este momento cuando se comenzó a construir el gran arsenal y astillero del noroeste peninsular, a tal ritmo que ya en 1751 Ensenada podía escribir orgulloso a su rey: “En la marina no se ha adelantado tanto como V.M. desea, pero no obstante se ha continuado el arsenal de La Carraca y se está trabaxando con la actividad possible en los nuevos de Ferrol y Cartaxena que V. M. ha aprobado y mandado se construyan, no dudando los inteligentes que serán perfectos, porque se ha copiado lo mexor de los de Europa y excluido lo malo de ellos” . Desde entonces y hasta la caída en desgracia del ministro, Ferrol no cesó de construir navíos de línea por docenas, siguiendo los acertados despieces de Jorge Juan, nuestro espía en Londres, convirtiéndose a la vez en la villa más populosa y cosmopolita de Galicia, con más habitantes que Santiago de Compostela, la principal del Reino. Se construyeron barrios enteros con el elegante sentido ortogonal y neoclásico cuyas trazas aún hoy se pueden observar en Esteiro y sobre todo en A Magdalena. Aquel formidable monocultivo industrial impulsado por la monarquía creó una villa próspera de demografía casi californiana que, un mal día, vio truncado su desarrollo por una nueva decisión institucional.
Es sabido que cuando Ricardo Wall pasó a encargarse de los negocios de marina, dejaron de construirse buques en Ferrol, tal vez en un esfuerzo inútil y más bien estúpido de contentar a los amigos ingleses del ministro. Como efecto más visible de aquella decisión, la villa comenzó a languidecer inexorablemente, hasta el punto de que a ojos de sus contemporáneos Ferrol se estaba convirtiendo en humo, en nada: “A partir de 1796, en que se botó al agua el último navío de línea, desapareció el bullicio y la actividad. El Ferrol deja de ser el emporio de un departamento magnífico, asombroso y pasmo de Europa, para trocarse en un espacioso hospital y vasto cementerio donde moran los espectros” decía una representación de principios del siglo XIX dirigida por la ciudad a las Cortes españolas.
Mas tarde vinieron los astilleros civiles, nuevos éxitos y también nuevas crisis. Hoy, una vez más, contemplamos decisiones institucionales que siembran desazón y rabia en la comarca. Es una historia cíclica, parece que a cada paso alguien se empeña en no aprovechar las condiciones físicas y el extraordinario capital humano que atesora la ría ferrolana desde hace dos siglos. Y sin embargo, para quien tenga ojos para ver, decir Ferrol es decir también industria y construcción naval, eso estaba ya bien escrito cuando se formó la ría allá por las primeras regresiones del cuaternario. Hará falta voluntad, trabajo y vergüenza para levantar esto una vez más, que así sea, los ferrolanos no sólo lo necesitan, también se lo merecen.

17 Comments:

Blogger . said...

En Danang pervive un cementerio con los españoles y franceses muertos en aquella guerra de vietnam.

7:41 p. m.  
Blogger Sartine said...

Oiga Berlín, ¿existe algun asunto del que no tenga al menos una leve idea? ¿Qué demonios hacías en Danang?

10:08 p. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Hola a todos:
Sartine perdone la pedanteria pero me permito recomendarle un articulo de Diego Tellez Alarcia, que supongo conoceras al menos por referencia. Dicho articulo intenta desmontar la interpretacion tradicional de que Wall era poco menos que un agente ingles. El articulo es el siguiente: TÉLLEZ ALARCIA, D., "La supuesta anglofilia de D. Ricardo Wall. Filias y fobias políticas durante el reinado de Fernando VI" en Revista de Historia Moderna. Anales de la Univ. de Alicante, 21, 2003, pp. 501-536.

Saludos a todos.

10:06 a. m.  
Blogger Sartine said...

Buenos días, querido amigo.
Sí, conozco el artículo, meritorio, de Tellez. Lo que hace ahí es defender su personaje de tesina, un notable "síndrome de Estocolmo", como tantos, a mí me ocurrió en su día con los intendentes, pero la realidad es persistente y todo indica que Wall o era tonto o era un traidor, más amigo del avispado Mr. Keene, el embajador británico en España, de lo aconsejable. Las cifras son las cifras, en diez años no se construyó un sólo buque de liena en España, como el mismo Keene había vaticinado, con que...

11:00 a. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Sartine debatir sobre este asunto contigo me abruma. ¿No seras por casualidad socio de la Fundacion Española de Historia Moderna? Me alegro de haber dado con alguien que sabe tanto de historia.

Saludos.

11:04 a. m.  
Blogger Sartine said...

Si, soy socio de la fundación, me encantan los librotes que nos mandan. Si pinchas aquí: http://www.estudioshistoricos.com/
podrás bajarte un par de artículos míos. Hay uno, el de Ferrol que habla por largo de estas cosas, fíjate en la curiosa estadística. Ah! y el placer es todo mío.

11:28 a. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Sartine entonces somos socios y colegas. Por cierto. ¿vas a acudir la semana que viene a Malaga? Me he descargado los dos articulos y cuando tenga un rato libre(en menos de un mes tengo las opos) los leere, sobre todo el del Arsenal, ya que me encanta la Historia Militar. Por el momento, me estoy dedicando a la Historia Militar y al Paisaje Agrario, aunque a un nivel muy basico.

Saludos y gracias por el enlace.

11:37 a. m.  
Blogger Sartine said...

No podré acudir, aunque me encantaría. Si te interesa la Historia Militar te puedo recomendar alguna cosa.
Abrazos

11:50 a. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Sartine me gustaria haberme "especializado" (soy una victima del difunto plan nuevo) en Moderna en realidad o en Historia Militar, en vez de haber hecho creditos. Aunque el partido sea en casa, por cuestiones profesionales tampoco podre asistir.
Saludos.

12:02 p. m.  
Blogger Sartine said...

Bueno, no te preocupes, sabes bien que la facultad sólo es el comienzo. A mi, de historia militar me gustan micho Parker (el camino de Flandes), I A A Thompson y una amiga muy querida, Carmen Saavedra (Galicia en el camino de Flandes)
Saludos

12:28 p. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Sartine el problema es que en el nuevo plan difunto, uno no se podia especializar, cuando es necesario cierta compartimentacion (sin llegar al extremo de solo saber de tu campo concreto y reducido). Por suerte, estan las bibliotecas y la bibliografia.
Parker es muy bueno, al menos en mi modesta opinion. En realidad se podia extender el hagalo a todo el grupo de Elliot.

Saludos SArtine.

8:18 a. m.  
Blogger Sartine said...

Si, desde luego, Elliot es el padre de todos, y Juan E. Gelabert, de la universidad de Cantabria el mío, un tipo muy, muy, listo. Vid. v. gr. "La bolsa del rey".
Un fuerte abrazo

8:12 p. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Sartine me suena el libro de Gelabert por referencias. Creo que estuvo en el Congreso de Ciudad Real hace cuatro años. El tener un "maestro" bueno es todo un lujo, mas aun viendose cual es el nivel de la Universidad hoy dia.

Un fuerte abrazo

11:40 a. m.  
Blogger Sartine said...

Querido Wallenstein, lo bueno que tiene Gelabert es que detesta las "parroquias locales universitarias" va más bien por libre, lee lo que quiere y no lo que le aconsejan. Vamos, un canto al Self made man, además, como todos los buenos es generoso, siempre está dispuesto a ayudar.
Un fuerte abrazo

2:46 a. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Hola Sartine:
Por desgracia, en la Universidad sobran las parroquias y los sequitos. Lo que señalas de Gelabert es o asi deberia ser un "maestro", generoso e independiente. Por desgracia, muchas investigaciones se hacen para concluir tesis e intentarse colocar en las Universidades.

Saludos Sartine.
posdata: Estoy pensando en un proyecto de cierta entidas que comenzare a bosquejar cuando pasen las oposiciones (espero a partir de finales de julio). Si te interesa estoy a tu disposicion.

11:50 a. m.  
Blogger Sartine said...

Ya sabes W. que en todo lo que se pueda colaborar, yo feliz y encantado de la vida, mi única limitación es el tiempo.
Un fuerte abrazo y mucha suerte con las "opos"

1:22 p. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Sartine gracias. En eso estoy ahora. A partir de julio Dios mediante entonces te pongo al dia y me das tu opinion.

Saludos Sartine.

11:36 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home